Después de más de 25 años de matrimonio y momentos compartidos que marcaron una vida entera, la pareja ha decidido tomar caminos diferentes, aunque desde un lugar que parece estar cargado de respeto mutuo, entendimiento y madurez emocional.
Yanina Latorre, conocida por su estilo directo y su capacidad para abordar temas personales sin rodeos, decidió abrirse públicamente sobre este asunto, explicando los motivos detrás de esta decisión y cómo está enfrentando esta nueva etapa de su vida.
Yanina reveló que esta separación no fue una decisión repentina ni fruto de un conflicto puntual. Desde hace aproximadamente seis meses, según confesó, comenzó a sentir la necesidad de estar sola, de explorar su independencia y de entender mejor qué es lo que realmente quiere para su vida futura.
Este proceso interno empezó a gestarse al inicio del año, y fue algo que decidió manejar de manera privada y con tiempo, evitando cualquier filtración mediática para proteger a su familia, especialmente a sus hijos, de cualquier tipo de exposición innecesaria.
La periodista y panelista expresó con claridad que este cambio no tiene que ver con infidelidades, conflictos graves o reproches mutuos. Al contrario, afirmó que su relación con Diego sigue siendo armoniosa, con diálogos abiertos y un vínculo basado en el respeto y la comprensión.
Sin embargo, destacó que llegó a un punto en su vida donde sintió que necesitaba un espacio personal para reflexionar sobre sí misma, su rol en la familia y su relación de pareja.
Yanina explicó que, después de tantos años dedicándose al cuidado de su familia, sintió que era el momento de priorizarse y descubrir quién es más allá de los roles de esposa y madre que había desempeñado durante tanto tiempo.
“Yo quería que terminara el año antes de hablar públicamente de esto. No quería que se mezclara con las fiestas, con Navidad, Año Nuevo… quería que la noticia se manejara con tranquilidad”, confesó Yanina.
Para ella, este anuncio público es más que una declaración sobre el estado de su relación; es una muestra de la evolución personal que ha vivido y de la decisión consciente de enfrentarse a los cambios con valentía y honestidad.
Aunque Yanina asegura que el vínculo con Diego sigue siendo cordial, admite que no siempre fue fácil llegar a este punto. En agosto, cuando finalmente decidieron dar un paso atrás en su relación, hubo momentos de tensión y de emociones encontradas.
Diego, según Yanina, tuvo dificultades para aceptar la situación al principio, ya que sentía que estaba perdiendo algo importante.
Sin embargo, con el tiempo, ambos lograron entablar conversaciones maduras que les permitieron encontrar un equilibrio y una forma de seguir adelante sin generar conflictos mayores.
Uno de los aspectos más interesantes que Yanina compartió fue su perspectiva sobre las relaciones de pareja y cómo estas evolucionan con el tiempo. “Yo no creo en la utopía de las relaciones perfectas. No me molesta ni el sexo, ni los cuernos, ni la infidelidad.
Tengo una cabeza muy abierta y una manera de ver la pareja que tal vez no es convencional”, afirmó. Desde su punto de vista, el amor y las relaciones no son lineales, y a lo largo de los años, las parejas atraviesan momentos de cambio que pueden llevar a replanteos profundos.
Para Yanina, este es precisamente uno de esos momentos: un punto de inflexión en el que decidió cuestionarse si el vínculo con Diego seguía siendo amor o simplemente una relación basada en el cariño y la costumbre.
La separación también ha significado un cambio en la dinámica familiar. Yanina destacó que, aunque ya no conviven como pareja, siguen compartiendo momentos en familia y manteniendo una relación cercana con sus hijos.
Diego vive en Pilar, mientras que Yanina se mudó a un departamento en Capital Federal, pero esto no ha impedido que continúen participando juntos en eventos familiares y actividades importantes.
“Nosotros somos una familia, y el grupo familiar no está roto. Con Diego todo está bien; no hay puteadas, no hay reproches. Es una separación tranquila, sin conflictos”, aseguró.
La periodista también hizo hincapié en el impacto que esta decisión podría tener en sus hijos, especialmente en Lola, quien está en una etapa de gran exposición mediática debido a su participación en programas como el Bailando.
Yanina explicó que decidió manejar la situación con cautela para no generar incomodidades o estrés innecesario en su hija, priorizando su bienestar emocional y su desarrollo personal.
A pesar de los desafíos emocionales que implica una separación después de tantos años, Yanina se muestra decidida a aprovechar esta etapa de su vida para enfocarse en sí misma y explorar nuevas oportunidades.
Confesó que ha comenzado a salir más, a conectarse con amigas y a disfrutar de su tiempo en soledad, algo que nunca había experimentado completamente debido a su rol constante como esposa y madre.
Sin embargo, también reconoció que aún está en proceso de entender qué es lo que realmente quiere a nivel emocional y romántico.
“Me escribe mucha gente, hablo con mucha gente, pero cuando llega el momento de que quieren algo más, la verdad es que no me dan ganas. Hay algo que me falta.
Y ahí es cuando me pregunto: ¿lo seguiré queriendo a Diego?”, reflexionó. Para Yanina, este período de separación no es necesariamente un cierre definitivo, sino una oportunidad para redescubrirse y decidir con claridad qué camino desea tomar en el futuro.
Además, Yanina reveló que esta no es la primera vez que ella y Diego atraviesan una crisis similar. Hace diez años, también vivieron una separación temporal que lograron superar después de mucho diálogo y esfuerzo mutuo.
En aquel entonces, los hijos de la pareja eran más pequeños, lo que hizo que la situación fuera más complicada y emocionalmente intensa. Sin embargo, lograron reconciliarse y reconstruir su relación, lo que demuestra que ambos han enfrentado juntos diversos desafíos a lo largo de los años.
Ahora, con 50 años y una vida llena de experiencias, Yanina parece estar en un momento de introspección y empoderamiento personal.
Aseguró que no tiene ningún resentimiento hacia Diego y que está abierta a la posibilidad de reconciliarse si en el futuro sienten que todavía hay algo que los une de manera significativa. Pero, al mismo tiempo, dejó claro que su prioridad en este momento es ella misma y su bienestar emocional.
La separación de Yanina y Diego Latorre es un recordatorio de que las relaciones de pareja son complejas y evolucionan con el tiempo.
A veces, tomar distancia no significa el fin de una conexión, sino una oportunidad para replantear dinámicas, sanar heridas y crecer como individuos.
Yanina ha demostrado que es posible enfrentar estos cambios con honestidad, respeto y una actitud abierta hacia el futuro, sirviendo como ejemplo de cómo manejar situaciones difíciles con madurez y elegancia.
Este proceso también ha puesto de relieve la importancia de la comunicación y el respeto mutuo en cualquier relación, incluso cuando llega el momento de decir adiós.
Yanina y Diego, aunque separados, continúan siendo un equipo en muchos aspectos, mostrando que el amor y el cariño pueden manifestarse de formas distintas a lo largo de la vida.
En última instancia, la historia de Yanina y Diego es una invitación a reflexionar sobre nuestras propias relaciones, a valorar el tiempo que compartimos con quienes amamos y a entender que el cambio, aunque difícil, puede ser una oportunidad para crecer y encontrar nuevos caminos.
Como dijo Yanina, “esto es un tema mío, una decisión que tiene que ver con lo que yo siento y necesito en este momento. Si Diego quiere esperar, que espere, pero él está libre de hacer lo que quiera”. Una frase que encapsula perfectamente la esencia de esta separación: un acto de amor propio y de respeto hacia el otro.