Por un lado, Rial es conocido por su perfil crítico, confrontativo y polémico, especialmente por su rol en programas de chimentos como “Intrusos”, donde no teme expresar opiniones fuertes sobre otros famosos.
Por otro lado, Susana es una de las divas indiscutidas del país, conocida por su carisma único, su capacidad para conectar con el público y su estilo relajado y despreocupado que ha conquistado a varias generaciones de argentinos.
A pesar de sus diferencias, ambos han sabido mantenerse relevantes en el competitivo mundo del espectáculo, y su historia reciente de desencuentros mediáticos agrega un nuevo capítulo a sus ya fascinantes trayectorias.
El punto de partida de este nuevo capítulo en su historia se dio cuando Jorge Rial, fiel a su estilo crítico, realizó comentarios contundentes sobre la forma de trabajar de Susana Giménez.
Durante un análisis televisivo, Rial calificó a Susana como “vaga”, argumentando que la conductora no se esforzaba en conocer a sus invitados ni en profundizar en las entrevistas que realiza en su programa.
Según Rial, Susana se limita a ocupar un rol pasivo frente a las cámaras, confiando únicamente en su carisma y popularidad para mantener la atención del público.
Este comentario, como era de esperarse, generó una fuerte reacción, no solo en el ámbito mediático, sino también entre aquellos que defienden a la diva, como fue el caso de Yanina Latorre.
Yanina, panelista y figura reconocida por su carácter frontal y su disposición a opinar sin filtro, no dudó en intervenir en defensa de Susana. Durante el debate, Latorre frenó en seco a Rial, dejando en claro que no estaba de acuerdo con sus críticas hacia la conductora.
“No te banco, Jorge”, expresó Yanina con firmeza, argumentando que, aunque Susana tiene un estilo particular, eso no debería ser motivo para desmerecer su trayectoria o su forma de trabajar.
Para Latorre, Susana es una figura icónica que ha sabido consolidarse como una de las personalidades más queridas del país, independientemente de si profundiza o no en sus entrevistas.
En su opinión, el éxito de Susana radica precisamente en su capacidad para ser auténtica y mantener su esencia a lo largo de los años.
En su intervención, Latorre recordó el impacto cultural de Susana desde sus inicios en la década de los setenta, refiriéndose a ella como “la China de los setenta”.
Este apodo, que evoca a un personaje fuerte y decidido, fue utilizado por Yanina para destacar la independencia y la personalidad de Susana, quien, según ella, nunca dejó de ser fiel a sí misma.
En este sentido, Latorre también defendió la idea de que cada figura pública tiene un estilo propio y que el de Susana, aunque puede parecer desinteresado o poco profesional para algunos, ha demostrado ser efectivo y querido por el público.
Según Yanina, no se puede medir a Susana con los mismos estándares que a otras figuras del espectáculo, ya que su legado y su conexión con la audiencia son únicos.
Otro punto que generó debate fue la comparación entre Susana y otras figuras del espectáculo, como Mirtha Legrand.
Rial destacó que, a diferencia de Susana, Mirtha es conocida por ser meticulosa, informarse sobre sus invitados y tener una memoria envidiable.
Según él, esto contrasta con la actitud de Susana, quien, en su opinión, parece despreocupada y poco interesada en lo que ocurre en su programa.
Sin embargo, Latorre rebatió esta comparación, argumentando que no es justo enfrentar a dos estilos tan diferentes. Para ella, Mirtha y Susana representan dos formas de hacer televisión que no deberían ser comparadas, ya que ambas tienen su propio público y su propio encanto.
Además, Yanina también subrayó que el éxito de Susana no radica en la profundidad de sus entrevistas ni en su preparación previa, sino en su capacidad para entretener y conectar emocionalmente con su audiencia.
Según Latorre, el público no espera un “mega reportaje” de Susana, sino momentos de diversión, espontaneidad y autenticidad. En este sentido, defendió la idea de que Susana no necesita hacer preguntas profundas ni analizar en detalle a sus invitados, ya que su presencia y carisma son suficientes para mantener la atención del público.
El debate también incluyó referencias a entrevistas recientes realizadas por Susana, como la que hizo con Wanda Nara, otra figura polémica y mediática en Argentina.
Según Rial, la entrevista fue superficial y careció de preguntas incisivas, algo que, en su opinión, demuestra la falta de interés de Susana por profundizar en los temas.
Sin embargo, Latorre defendió nuevamente a la diva, argumentando que Wanda eligió sentarse con Susana precisamente porque sabía que no enfrentaría preguntas incómodas.
Para Yanina, este tipo de entrevistas son parte del estilo de Susana y no deberían ser vistas como una debilidad, sino como una estrategia que refleja su capacidad para adaptarse a las expectativas de sus invitados y su audiencia.
Otro aspecto destacado por Latorre fue el monólogo inicial de Wanda Nara durante su participación en el programa de Susana.
Según Yanina, este segmento fue “prolijo, ordenado y bien hecho”, lo que demuestra que, a pesar de las críticas, el programa de Susana sigue siendo un espacio relevante para las figuras mediáticas del país.
Además, subrayó que la entrevista, aunque simple, cumplió con su objetivo de entretener al público y generar interés en los temas tratados.
En este contexto, el enfrentamiento entre Rial y Latorre pone de manifiesto no solo las diferencias de opinión sobre el estilo de Susana, sino también las distintas formas de entender el éxito y la relevancia en el mundo del espectáculo.
Para Rial, el profesionalismo y la profundidad son elementos fundamentales que deberían estar presentes en cualquier figura pública, mientras que para Latorre, el éxito radica en la autenticidad y la capacidad de conectar con el público, independientemente de los métodos utilizados.
Este debate también refleja un tema más amplio sobre cómo se perciben las figuras femeninas en el mundo del espectáculo.
Mientras que a Mirtha se la valora por su inteligencia y preparación, Susana ha sido constantemente criticada por su estilo relajado y despreocupado, algo que, según Latorre, es una forma de subestimar su impacto cultural y su legado.
Para Yanina, es importante reconocer que las mujeres en el espectáculo pueden tener diferentes formas de éxito y que ninguna es menos válida que la otra.
En conclusión, el cruce entre Jorge Rial y Yanina Latorre sobre Susana Giménez es un reflejo de las tensiones y debates que surgen en el mundo del espectáculo, donde las opiniones sobre el éxito y la relevancia varían según las perspectivas personales.
Mientras que Rial cuestiona el estilo de Susana, Latorre la defiende con pasión, destacando su autenticidad y su capacidad para mantenerse vigente en un mundo cambiante.
Más allá de las críticas y los desacuerdos, lo que queda claro es que Susana Giménez sigue siendo una figura central en la televisión argentina, capaz de generar opiniones divididas pero siempre presente en la conversación pública.
