Iker Jiménez, el reconocido periodista y presentador de televisión español, ha expresado duras críticas hacia muchos de sus colegas de la prensa, a quienes ha tildado de “nariz empolvada”.

Estas declaraciones se dieron en el contexto de la campaña de hostigamiento que, según él, fue impulsada por el gobierno de Moncloa en su contra. Jiménez ha señalado que algunos periodistas, que se consideran profesionales y dignos, participaron activamente en esta campaña, pero, según él, lo hicieron con una gran hipocresía.

El término “nariz empolvada” utilizado por Iker Jiménez parece hacer referencia a la imagen de aquellos periodistas que, a pesar de presentarse como respetables, tienen comportamientos privados que no concuerdan con la fachada pública que muestran.

En sus palabras, describe cómo un amigo suyo, dueño de un local nocturno, tuvo que sacar “arrastrando” a una celebridad, muy conocida, debido a la gran cantidad de alcohol y drogas que había consumido. Este tipo de comportamientos, según Jiménez, son un claro ejemplo de la contradicción entre la imagen que los periodistas quieren proyectar y la realidad detrás de las cámaras.

Iker Jiménez no dudó en calificar estos comportamientos como vergonzosos y agregó que, aunque cada quien tiene derecho a disfrutar de su vida como desee, el contraste con las actitudes públicas de estos periodistas es algo que no se puede pasar por alto.

En su intervención, Jiménez expresó su sorpresa ante la incongruencia entre la imagen de decencia que muchos presentan en la televisión y su comportamiento en la vida privada. La crítica va dirigida no solo a un periodista en particular, sino a varios de ellos que, según el presentador, están involucrados en este tipo de prácticas.

En cuanto a su propia vida, Jiménez destacó que, a pesar de las investigaciones que se han hecho en su contra, nunca han podido encontrar nada que lo comprometa.

Él se considera un hombre decente y asegura que, a diferencia de otros, no se ve envuelto en escándalos relacionados con el consumo de drogas o con comportamientos inapropiados. Para él, la decencia se basa en mantenerse alejado de ese tipo de vida desordenada, como la que, según su visión, caracteriza a ciertos presentadores de la televisión.

La crítica de Jiménez no se limita solo a las fiestas y a los vicios, sino también a una actitud que considera arrogante por parte de algunos de sus colegas. A lo largo de su intervención, dejó claro que no está de acuerdo con la forma en que estos periodistas se comportan, ya que, según él, no comprenden ni valoran el concepto de decencia en su vida personal.

En su opinión, la vida caótica de algunos de estos personajes, tan alejada de la moralidad, afecta gravemente su capacidad para tomar decisiones coherentes, lo que, en su caso, lleva a que digan cosas que no tienen sentido y que están influenciadas por lo que él llama “borrachera mental”.

En su canal oficial de YouTube, Iker Jiménez volvió a abordar el tema, aclarando que sus críticas no van dirigidas a una sola persona, sino a muchos periodistas de renombre que han participado en esta campaña de desprestigio. En sus palabras, algunos de estos periodistas, tanto hombres como mujeres, son figuras destacadas dentro de la mencionada campaña.

De esta forma, Jiménez dejó claro que sus críticas no son particulares, sino que apuntan a una actitud generalizada en el mundo del periodismo que él considera muy perjudicial tanto para la credibilidad de los medios como para la ética de los periodistas.

Además, Jiménez subrayó que es necesario tener cierta condescendencia con aquellos que, según él, han sometido su mente a tantas sustancias que ya no son capaces de actuar de manera lógica.

El periodista insiste en que, aunque todos tienen derecho a llevar la vida que elijan, el problema radica en cuando estos comportamientos desordenados se traducen en un impacto negativo en su trabajo y en su relación con el público.

Para Iker Jiménez, este tipo de actitudes y comportamientos no solo dañan la imagen pública de los periodistas involucrados, sino que también afectan la percepción que la audiencia tiene de los medios de comunicación en general.

De ahí que considere fundamental hablar abiertamente sobre estos problemas, no solo como un ejercicio de honestidad, sino también como una forma de limpiar la profesión y devolverle su credibilidad.

Las declaraciones de Iker Jiménez han generado mucho debate en los medios de comunicación y entre los propios periodistas. Muchos han respaldado sus palabras, mientras que otros las han criticado, acusándolo de generalizar o de no tener pruebas suficientes para hacer tales afirmaciones.

Sin embargo, lo que parece claro es que la figura de Iker Jiménez se ha consolidado como alguien dispuesto a desafiar las convenciones del mundo del periodismo y a poner en evidencia las contradicciones que, según él, afectan a muchos de sus colegas.

Por otro lado, la cuestión de la “nariz empolvada” también puede ser interpretada como una crítica a la hipocresía que, según Jiménez, existe en el ámbito del periodismo.

En un mundo donde la apariencia y la imagen pública son fundamentales, muchos periodistas pueden sentir la presión de mantener una fachada impecable, mientras que sus vidas privadas pueden ser muy diferentes. Para Jiménez, esta contradicción es perjudicial tanto para los periodistas como para el público, que confía en la integridad de los medios para informarse.

En resumen, Iker Jiménez ha aprovechado su espacio en los medios para expresar sus críticas a una parte del periodismo español, a la que acusa de vivir una vida de contradicciones y de hipocresía.

Aunque sus declaraciones han generado controversia, también han abierto un debate sobre la ética y la moralidad en los medios de comunicación, así como sobre la necesidad de que los periodistas sean más transparentes y coherentes en su comportamiento tanto en lo público como en lo privado.