Esta misa, a la que asistieron los Reyes de España, Felipe y Letizia, así como algunos representantes políticos, ha sido un reflejo tanto de consuelo como de controversia en torno a las consecuencias de la Dana del pasado 29 de octubre.
Uno de los puntos más destacados de este evento fue la presencia de Felipe y Letizia.
Durante la ceremonia, los Reyes se acercaron a dar el pésame personalmente a los familiares de las víctimas.
Este gesto, según muchos asistentes, fue un acto de humanidad y cercanía que algunos calificaron como el consuelo necesario en un momento tan difícil.
Sin embargo, también se plantearon críticas hacia otros líderes políticos por su ausencia o por la forma en que se manejó su participación en el evento.
La conversación entre Letizia Ortiz y una de las afectadas, Rosa María Álvarez, ha sido especialmente relevante para entender las emociones y demandas de los damnificados.
Rosa María, vecina de Catarroja, perdió a su padre, su hogar y todos los recuerdos de su infancia debido a la catástrofe.
En su interacción con la Reina, planteó una pregunta directa y contundente: “¿Considera usted que lo ocurrido el 29 de octubre fue una catástrofe natural o una negligencia?”.
La respuesta de Letizia, aunque prudente, dejó entrever la complejidad de su posición: “No puedo contestarle.
Por favor, entienda mi situación”.
Con esta respuesta, Letizia enfatizó la neutralidad que debe mantener debido a su papel institucional.
A pesar de esto, Rosa María destacó la implicación y preocupación mostrada por Letizia.
Según relata, durante los minutos que hablaron, la Reina no solo escuchó sus palabras con atención, sino que también se comprometió a no olvidar a los valencianos y sus necesidades.
Este compromiso fue recibido con esperanza, aunque también con cautela, ya que los afectados esperan que las promesas se traduzcan en acciones concretas.
Uno de los aspectos más criticados de la misa fue la ausencia inicial de representantes del Partido Socialista Obrero Español (PSOE).
Aunque posteriormente enviaron a tres ministros como representación, su ausencia al inicio del evento generó críticas generalizadas, tanto en los medios de comunicación como en las redes sociales.
Este hecho contrasta con la actitud de Felipe y Letizia, quienes estuvieron presentes durante toda la ceremonia y se mostraron cercanos a las familias de las víctimas.
Otra cuestión que generó indignación entre los familiares fue que, durante la misa, no se mencionaron los nombres de las 222 personas fallecidas.
Para muchos, este hecho fue percibido como una falta de respeto hacia las víctimas y sus familias, quienes esperaban que se les rindiera homenaje de manera individual.
Rosa María expresó su frustración diciendo: “Nos indignó mucho que no se dijeran los nombres de los fallecidos durante la homilía.
Como mínimo, se tenían que haber mencionado los nombres de los familiares que estábamos presentes en la misa”.
Por otro lado, también se generó molestia por la presencia de numerosos políticos en el evento, ya que muchos familiares sintieron que algunos de ellos no estaban allí por verdadera empatía, sino para cumplir con un protocolo.
Rosa María afirmó que “lo que sobraban eran políticos.
Nadie nos saludó, nadie nos preguntó cómo estábamos.
Para qué vinieron, si no era para acompañarnos realmente”.
Estas declaraciones reflejan el sentir de muchos asistentes, quienes valoraron más la presencia de los Reyes que la de los representantes políticos.
La entrevista concedida por Rosa María al programa “Espejo Público” también reveló detalles sobre cómo percibe a Letizia Ortiz, no solo como Reina, sino también como persona.
Durante la conversación, Rosa María destacó el lado humano de Letizia, afirmando que, a pesar de no ser monárquica, reconoce el trabajo y la implicación de la Reina en diversas causas.
“Le dije que, aunque no soy monárquica, para mí es la mejor Reina que ha tenido España.
Le pedí que aprovechara su posición para dar visibilidad a nuestra situación y que no nos olvidara”, relató Rosa María.
En el transcurso de la entrevista, también se abordó la percepción general sobre la actuación de la Corona en este tipo de situaciones.
Si bien algunos critican que el Rey no tome posturas más contundentes, Rosa María defendió la neutralidad que deben mantener por su papel constitucional.
“Hay personas que le achacan al Rey no dar un golpe en la mesa, pero eso sería inconstitucional.
Hay que entender que su trabajo es representar a la institución de manera neutral”, explicó.
Esta misa también pone de manifiesto la división de opiniones respecto a cómo se manejó la tragedia desde el ámbito político y social.
Mientras algunos ven en la presencia de los Reyes un acto de apoyo y solidaridad, otros consideran que la solución a los problemas de los damnificados requiere acciones concretas y no solo gestos simbólicos.
Las palabras de Rosa María resumen este sentir: “No se trata solo de venir a darnos el pésame.
Necesitamos soluciones reales.
Hemos perdido todo, y después de 40 días seguimos igual o peor que el primer día”.
En conclusión, la misa funeral celebrada en Valencia ha sido un evento cargado de emociones, gestos simbólicos y también controversias.
La presencia de Felipe y Letizia ha sido valorada por muchos como un acto de humanidad y cercanía, pero también ha puesto en evidencia las carencias y frustraciones de los afectados por la Dana.
Las palabras de Rosa María Álvarez, una de las damnificadas, reflejan la mezcla de esperanza y desesperación que sienten muchas familias: esperanza en que sus voces sean escuchadas y desesperación por la falta de soluciones concretas.
Ahora queda por ver si las promesas de apoyo se traducen en acciones tangibles que realmente marquen la diferencia para quienes han perdido tanto.
