La noche comenzó con el característico carisma de Susana Giménez, quien se dispuso a recibir a su invitada, la modelo y conductora Pampita. En un set decorado con lujo y atención a los detalles, la bienvenida estuvo acompañada de aplausos y música.
Susana, siempre atenta y con su toque humorístico, no tardó en hacer notar cómo Pampita lucía espléndida: “¡Bajaste de peso! Siempre estás bomba, pero ahora… ¡más!” Pampita, con una sonrisa cálida, agradeció el cumplido y se sentó dispuesta a charlar abiertamente.
Entre risas y gestos cómplices, Susana le recordó que habían hablado de encontrarse antes, pero que Pampita había preferido esperar debido a los momentos personales que estaba atravesando.
Ahora, aparentemente más tranquila, la modelo accedió a abrir su corazón y compartir detalles de su vida reciente. “La verdad es que ahora estoy más calma,” admitió Pampita, quien aprovechó para aclarar que no tenía resentimientos hacia su exmarido, Robert.
“Siempre trato de quedarme con lo bueno, porque al final de todo, tenemos algo maravilloso juntos: nuestra hija Anita.”
La conversación giró hacia el tema de la maternidad, un punto sensible para Pampita, quien expresó su gratitud por haber tenido la oportunidad de convertirse en madre nuevamente. “Anita es un regalo, algo que necesitaba mucho.
Una hija mujer representa tantas cosas y, para mí, su llegada fue infinita felicidad.” Susana, conocida por su curiosidad, no pudo evitar indagar sobre cómo había sido la relación con Robert.
“Estuvieron casados cinco años, ¿cómo pasa el tiempo, no?” Pampita asintió, admitiendo que había sido un periodo intenso, lleno de momentos felices y también desafiantes.
La conductora, siempre directa, quiso saber más sobre los inicios de la relación. “Se conocieron en Buenos Aires, pero la propuesta de casamiento fue en el Caribe, ¿no?” Pampita, con una sonrisa nostálgica, recordó aquel momento especial en el que Robert le propuso matrimonio durante unas vacaciones.
“Fue todo muy rápido, pero así soy yo. Vivo intensamente, y cuando siento algo, no dudo en seguir adelante.” Susana, con su característica espontaneidad, no pudo evitar comentar que las cosas rápidas a veces pueden ser complicadas.
“Uno realmente llega a conocer a la gente cuando convive,” dijo, provocando la reflexión de su invitada.
Sin embargo, lo que más intrigaba a Susana era la razón de la separación. “¿Quién dijo primero que quería separarse?” preguntó, sin rodeos.
Pampita, aunque al principio intentó evadir la pregunta con diplomacia, finalmente admitió: “Fue una bomba que cayó de repente. Todo explotó y ya no hubo manera de pegar los pedazos. El 20 de septiembre dije: se terminó.”
Susana, visiblemente intrigada, quiso saber más detalles. “Pero algo tiene que haber pasado, ¿no? ¿Fue un engaño, un problema de plata, o simplemente el amor se acabó?”
Pampita, siempre cuidadosa de no hablar mal de nadie, respondió con sinceridad: “No fue por plata, ni por cosas materiales. Simplemente algo se rompió, y cuando eso pasa, ya no hay vuelta atrás. Yo vivía pensando que todo estaba bien, que íbamos a estar juntos para siempre.
Pero la vida me demostró otra cosa. Ahora sólo me queda enfocarme en los buenos momentos y en nuestra hija.”
La conversación derivó hacia las lecciones aprendidas y la forma en que Pampita enfrentaba el presente. “Yo siempre he buscado tener una familia, un hogar lleno de amor. Aunque esta vez no funcionó, no pierdo la fe en encontrarlo nuevamente. Esa es mi esencia.”
Susana, admirada por la fortaleza de su invitada, quiso saber si había posibilidad de reconciliación. “Uno nunca sabe,” respondió Pampita, dejando entrever que, aunque ahora todo estaba terminado, no cerraba por completo la puerta a nuevas oportunidades.
El tono de la charla se volvió más relajado cuando empezaron a hablar sobre celos y confianza en las relaciones. Susana le preguntó si era celosa, a lo que Pampita respondió con honestidad: “De joven tal vez sí, pero ahora ya no tengo tiempo para eso.
Confío en la persona que tengo al lado y, si no quiere estar conmigo, la puerta está abierta.” Susana, conocida por su sentido del humor, bromeó sobre las mujeres que revisan los teléfonos de sus parejas. “¿Nunca miraste un teléfono?”
Pampita confesó que, en su juventud, había caído en esa tentación, pero que ahora prefería vivir en paz y enfocarse en su trabajo y su familia.
El trabajo es una parte fundamental en la vida de Pampita, quien reveló que su agenda estaba llena de proyectos. Actualmente jurado de un programa de televisión, también dedica tiempo a su colección de ropa con Falabella, que ya es un éxito de ventas en Chile. “Viajo mucho por trabajo, pero lo disfruto.
La semana que viene, por ejemplo, me voy a Tailandia para una campaña.” Susana, impresionada por su energía, le preguntó cómo lograba equilibrar su vida profesional con su rol de madre. “Es difícil, pero tengo claro que todo lo que hago es para el futuro de mis hijos. Quiero darles lo mejor.”
Finalmente, Susana quiso saber si Pampita estaba abierta al amor.
“¿Le darías otra oportunidad a Robert?” La modelo, con una sonrisa misteriosa, dijo: “Uno nunca sabe. La vida da muchas vueltas.” Susana, siempre entusiasta, agregó: “Es que a veces, cuando uno estuvo tan enamorado, es difícil cerrar completamente el capítulo.”
Pampita coincidió, admitiendo que los sentimientos no desaparecen de la noche a la mañana.
La entrevista terminó con palabras de admiración mutua. Pampita agradeció a Susana por la oportunidad de compartir su historia y aseguró que, a pesar de los momentos difíciles, se sentía optimista sobre el futuro.
Susana, por su parte, le deseó éxito en sus proyectos y felicidad en su vida personal. La charla fue un recordatorio de que, incluso en los momentos más complicados, la resiliencia y el optimismo pueden ser la clave para seguir adelante.