Andrés Calamaro, reconocido músico argentino, ha compartido en una reciente aparición en “El Hormiguero” detalles fascinantes sobre su círculo de amigos, algunos de los cuales tienen un pasado delictivo.
Sin embargo, Calamaro destacó que no era el dinero lo que le interesaba discutir. En su estilo desenfadado y sincero, explicó que, aunque algunos de estos individuos son considerados delincuentes, también son personas de honor y dignidad.
Recordando sus años de juventud en los cabarets de Buenos Aires, Calamaro evocó su encuentro con un grupo selecto, que incluía a los notorios asaltantes de la ciudad.
Esta experiencia, similar a la que vivió en el mundo del boxeo, le permitió conocer a hombres y mujeres que, a pesar de su vida en el crimen, poseen un código de honor que él valora.
Para él, cuando un delincuente afirma que daría su vida por un amigo, esa declaración no debe tomarse a la ligera. Esta lealtad, según Calamaro, es digna de aprecio, incluso si las personas involucradas tienen un pasado oscuro.
A lo largo de la charla, el músico reflexionó sobre la naturaleza compleja de estas relaciones. A pesar de la fama que rodea a sus amigos, la conexión que comparte con ellos trasciende su historial delictivo.
Calamaro enfatizó que, aunque algunas personas podrían considerar estos vínculos como problemáticos, él ve en ellos un aspecto de la vida que, aunque arriesgado, también está lleno de lecciones sobre la lealtad y la amistad.
En resumen, la revelación de Andrés Calamaro sobre sus amigos del crimen ofrece una perspectiva intrigante sobre cómo las relaciones pueden formarse en los entornos más inesperados y cómo el honor y la lealtad pueden coexistir con el pasado delictivo.
Su relato invita a reflexionar sobre los matices de la naturaleza humana y el valor de las conexiones personales, independientemente de las circunstancias que las rodean.