La amistad entre Yanina Latorre y Marina Calabró, dos personalidades destacadas en la radio argentina, ha llegado a un final abrupto que ha dejado a los oyentes y seguidores sorprendidos.
Yanina, con su estilo directo y sin tapujos, recientemente compartió en su programa cómo la relación entre ambas, que comenzó con muchas expectativas, se fue deteriorando hasta llegar a un punto en el que decidió que ya no quería continuar con el “pase” que ambas compartían en la radio.
Desde el principio, Yanina había notado que el pase con Marina no era lo que ella había esperado.
Recordó que, cuando Marina comenzó a trabajar en la radio, le expresó su entusiasmo por compartir el pase con ella, mencionando que quería mostrarse desde otro lugar y, quizás, replicar el éxito y el dinamismo que Yanina solía tener en sus interacciones con Viviana Canosa.
Sin embargo, desde el inicio, Yanina notó que la interacción no fluía naturalmente. A pesar de sus esfuerzos por hacer la conversación amena y entretenida, sentía que terminaba remando sola y que Marina no le aportaba contenido ni reciprocidad en sus intercambios.
Una de las principales frustraciones de Yanina era la falta de interés y propuesta por parte de Marina.
Según Yanina, durante los siete meses que compartieron el pase, cada conversación se tornaba monótona, siempre girando en torno a los mismos temas: los hábitos personales de Marina, como el hecho de que no le gusta bañarse o que tiene ciertos TOCs (trastornos obsesivos compulsivos).
Yanina, quien es conocida por su sentido del humor y su estilo desenfadado, trató en varias ocasiones de romper la monotonía con temas más dinámicos y divertidos. Sin embargo, se encontró con una actitud rígida y distante por parte de Marina, quien no parecía cómoda abordando temas fuera de su zona de confort.
Para Yanina, el humor es una parte esencial de su trabajo en la radio y lo utiliza como una herramienta para conectar con el público.
Explicó que no es necesario hablar de cosas personales de manera literal, sino que muchas veces utiliza el doble sentido y la ironía para hacer más llevaderas las conversaciones.
Por ejemplo, comenta situaciones personales de manera humorística y exagerada, sin que necesariamente sean ciertas, pero que ayudan a construir una atmósfera entretenida y ligera en el programa.
Con Viviana Canosa, Yanina tenía una relación profesional en la que se entendían sin necesidad de sobreexplicar, lo que daba lugar a un diálogo fluido y entretenido para el público.
Sin embargo, con Marina, todo era distinto: cualquier tema que Yanina proponía parecía no interesarle a su compañera.
Otro factor que influyó en la decisión de Yanina de terminar con el pase fue la falta de reciprocidad en la relación fuera de las cámaras. Según Yanina, durante el tiempo que compartieron el programa, Marina nunca mostró un interés genuino por conocer su vida personal ni por preguntar cómo estaba.
En sus palabras, sentía que estaba entrevistando a alguien que simplemente esperaba que ella llenara el espacio con contenido, sin aportar nada nuevo o interesante.
Esto contrastaba con la relación que tuvo con otras compañeras de trabajo, quienes no solo compartían temas en común, sino que también generaban un feedback que hacía que los programas fueran mucho más llevaderos y orgánicos.
Además de la falta de empatía en la relación profesional, Yanina también mencionó que había situaciones que le causaban malestar por la manera en que Marina manejaba su vida personal en el ámbito laboral.
Durante un año particular en la vida de Marina, en el que atravesaba una separación complicada y varios problemas personales, Yanina trató de apoyarla. Sin embargo, sentía que no había una relación de confianza mutua, ya que en varias ocasiones descubrió que Marina le ocultaba información o le mentía acerca de su situación.
Esto incluía temas delicados como la renuncia de Marina a la radio o detalles de su separación, que Yanina descubría por otros medios o directamente en los programas de televisión.
Esta falta de transparencia fue algo que Yanina no pudo ignorar. Expresó que para ella, la confianza es fundamental en cualquier relación, incluso en el ámbito laboral.
Mencionó que con sus otros compañeros siempre ha podido hablar de manera abierta, confiando en que los temas que se conversan en privado no saldrán a la luz pública sin su consentimiento.
Con Marina, en cambio, empezó a sentir que había una barrera insalvable, una especie de doble cara en la que lo que Marina decía en privado no coincidía con lo que luego compartía públicamente.
La situación llegó a un punto crítico cuando Yanina se dio cuenta de que ni siquiera compartían conversaciones casuales fuera del programa, algo que para ella es esencial para generar un ambiente de trabajo saludable y ameno.
Sin embargo, con Marina, cada vez que trataba de conectar a un nivel más personal, la respuesta que recibía era distante o incluso fría. Yanina llegó a la conclusión de que, si la relación no podía evolucionar hacia una amistad real, tampoco tenía sentido seguir fingiendo una interacción forzada en el programa.
Este distanciamiento también comenzó a reflejarse en el propio público, que notaba la falta de química entre ambas y comentaba en redes sociales acerca de la poca fluidez en sus interacciones.
Yanina comentó que, mientras que con otras compañeras como Viviana Canosa solía recibir mensajes y comentarios entusiastas en las redes después de cada pase, con Marina sentía que el entusiasmo de los oyentes había disminuido considerablemente.
Incluso, la gente notaba que ella “remaba” la conversación sin obtener una respuesta a la altura, lo que hacía que el pase resultara aburrido y poco atractivo.
A pesar de estos problemas, Yanina trató de mantener una actitud profesional, evitando hablar de la situación públicamente hasta que llegó a un punto en el que decidió que era mejor ser honesta y contar su versión de los hechos.
Según Yanina, uno de los puntos de quiebre fue cuando se enteró de que Marina, quien en repetidas ocasiones le pidió que no hablara de ciertos temas personales en el programa, luego compartía detalles de su vida en otros espacios.
Esto hizo que Yanina se sintiera desautorizada y menospreciada, ya que consideraba que si Marina podía hablar de esos temas en otros lugares, también debería haber podido hacerlo en el espacio que compartían juntas.
Finalmente, la decisión de terminar con el pase no fue tomada a la ligera. Yanina expresó que para ella, la radio es un lugar donde se siente cómoda siendo ella misma y que trabaja mejor cuando puede hablar con naturalidad y fluidez, sin sentir que debe medir cada palabra o limitar su estilo.
Por ello, concluyó que lo mejor era dar un paso al costado y dejar de lado una interacción que no le aportaba nada positivo ni a ella ni al programa.
La ruptura entre Yanina y Marina marca el fin de una relación que, aunque empezó con grandes expectativas, terminó dejando en claro que no siempre es posible forzar una amistad o una conexión profesional cuando las personalidades y los estilos de trabajo son tan distintos.
Yanina, fiel a su estilo, optó por hablar con franqueza y explicar los motivos detrás de su decisión, mientras que Marina, por su parte, ha mantenido una postura más reservada, prefiriendo no entrar en detalles acerca de la situación.
Para muchos, esta historia es un recordatorio de que en el mundo de la televisión y la radio, las relaciones pueden ser tan complejas y difíciles como en cualquier otro ámbito laboral.
La exposición pública y las expectativas de los oyentes pueden agregar una presión adicional, pero al final, son las personas involucradas quienes deben decidir si vale la pena mantener una relación que no fluye naturalmente.