La realidad social y política de España en 2025: un análisis crítico
A todos los lectores, antes de comenzar, quiero desearles un feliz 2025 lleno de salud, prosperidad y momentos inolvidables.
Sin embargo, no podemos ignorar que 2024 ha sido un año complicado para España, marcado por problemas sociales, económicos y políticos que siguen afectando a millones de personas.
Este artículo pretende reflexionar sobre algunos de los temas más relevantes y preocupantes del panorama nacional.
La carga impositiva y el emprendimiento
España es un país donde emprender se ha convertido en una tarea titánica.
La elevada carga impositiva parece diseñada para desalentar a los valientes que desean iniciar un negocio.
Un autónomo, por ejemplo, comienza pagando 50 euros mensuales el primer año, pero pronto la cifra aumenta drásticamente.
A esto se le suma el 21% de IVA sobre bienes y servicios.
En el caso de un emprendedor que importa y exporta vehículos, si adquiere un coche por 100,000 euros, debe pagar 21,000 euros solo en concepto de IVA.
Además, el impuesto sobre sociedades se lleva otro 25% de las ganancias, dejando al empresario con un margen mínimo para reinvertir o crecer.
Este sistema no solo afecta a los emprendedores, sino también al ciudadano promedio, que paga impuestos por el café, el pan, la vivienda, e incluso por nacer o morir.
En un país con aproximadamente 400,000 políticos, es indignante que haya familias desahuciadas, niños sin acceso a libros escolares, y jóvenes que se ven obligados a unirse a bandas para tener comida y un techo.
España se ha convertido en un país donde parece que solo gana Hacienda, mientras que la mayoría de la población lucha por llegar a fin de mes.
La gestión de la DANA y las ayudas agrícolas
La gota fría o DANA (Depresión Aislada en Niveles Altos) ha dejado una huella devastadora en comunidades como Valencia.
Sin embargo, la respuesta gubernamental ha sido insuficiente y, en muchos casos, inexistente.
Según la Asociación Valenciana de Agricultores, el 80% de los agricultores afectados por la DANA no recibirán ayudas debido a trámites burocráticos.
El problema radica en que muchas de estas personas no estaban inscritas en registros como el Registro Autonómico de Explotaciones Agrícolas o el Registro General de Explotaciones Ganaderas antes del 28 de octubre.
Esto excluye a una gran parte del sector agrícola, incluidos productores a tiempo parcial y jubilados no autónomos, que constituyen la mayoría en Valencia.
Este caso refleja cómo la burocracia se convierte en un arma contra los ciudadanos, obligándolos a cumplir con trámites interminables para acceder a derechos básicos.
Un agricultor americano lo expresó de manera contundente en un video viral, rompiendo papeles y diciendo: “Nos esclavizan con el papel”.
España, lamentablemente, parece ser un claro ejemplo de esta realidad.
La falta de inversión en infraestructuras y el impacto de la corrupción
Otro tema alarmante es la gestión de las infraestructuras.
Teodoro Velázquez, ingeniero y exdirectivo de FCC Valencia, ha señalado que el Ministerio para la Transición Ecológica es responsable de los daños causados por la DANA debido a su política imprudente.
En lugar de invertir en infraestructuras críticas, como un nuevo cauce entre El Pollo y el río Turia, se han priorizado proyectos “verdes” que no ofrecen soluciones reales a los problemas de inundaciones.
Además, existe una gran incógnita sobre los fondos destinados durante el gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero para mejorar estas infraestructuras.
¿Dónde está ese dinero? Velázquez acusa al gobierno actual de desviar estos recursos hacia intereses personales, dejando a la población vulnerable frente a desastres naturales.
El sufrimiento humano y la deshumanización del sistema
Más allá de los números y las estadísticas, hay historias humanas que reflejan la gravedad de la situación.
Un caso desgarrador ocurrió en Catarroja, donde un hombre discapacitado murió durante la DANA.
Su cuerpo fue encontrado al día siguiente, pero ni la Guardia Civil ni los bomberos tomaron medidas inmediatas para rescatarlo.
Su familia tuvo que enfrentarse sola al barro y al agua para recuperar el cuerpo, mientras las autoridades permanecían al margen.
Este tipo de negligencia institucional tiene un impacto devastador en las familias afectadas, aumentando su sufrimiento psicológico y emocional.
La falta de humanidad en estas situaciones es un reflejo de un sistema que prioriza los procedimientos burocráticos por encima de las necesidades humanas.
La corrupción política y el descrédito de la élite
España también enfrenta un problema profundo de corrupción y falta de ética en su clase dirigente.
Mientras muchas familias luchan por sobrevivir, algunos políticos viven en mansiones de millones de euros sin justificar el origen de sus ingresos.
Esto alimenta una creciente desconfianza hacia las instituciones y las élites empresariales y financieras, que parecen alinearse con intereses personales en lugar de trabajar por el bienestar común.
Un reciente discurso de un empresario crítico hacia la gestión gubernamental destaca la necesidad de líderes valientes y comprometidos con el cambio.
En sus palabras: “En España ha fallado la élite empresarial, económica y financiera.
Se han alineado con el lado de los malos.
Ojalá esto empiece a cambiar”.
Un rayo de esperanza
A pesar de todo, aún hay motivos para tener esperanza.
La indignación de la ciudadanía está creciendo, y cada vez más personas están dispuestas a alzar la voz contra las injusticias.
Desde ingenieros como Teodoro Velázquez hasta ciudadanos comunes que denuncian en redes sociales, se está creando un movimiento de conciencia colectiva que podría ser el primer paso hacia un cambio real.
Es crucial que esta energía no se diluya en el tiempo.
España necesita una transformación profunda, basada en la transparencia, la justicia social y la participación ciudadana.
Solo así podrá convertirse en un país donde la gente pueda vivir con dignidad y donde el gobierno esté al servicio del pueblo, y no al revés.
Conclusión
España entra en 2025 enfrentando enormes desafíos, pero también con la oportunidad de aprender de sus errores y construir un futuro mejor.
Esto requerirá un esfuerzo conjunto de la sociedad, desde los líderes políticos y empresariales hasta cada ciudadano que lucha por un cambio.
La carga es pesada, pero la recompensa será un país más justo, equitativo y humano.
Que este año sea un punto de inflexión.
Feliz 2025 a todos.