En una extensa entrevista, Silvia expuso su descontento con la constante alusión a figuras de su pasado, como Silvio Soldán, y compartió detalles íntimos sobre su relación con sus hijos, su familia, y cómo se siente hoy en día.
En primer lugar, Silvia dejó claro su descontento con la manera en que Santiago del Moro, el conductor de Gran Hermano, menciona reiteradamente a Silvio Soldán, una figura que marcó un capítulo significativo y, a la vez, doloroso en su vida.
“Estoy cansada, es la tercera vez que escucho que siempre lo nombran como si fuera un dios. Soldán no es una buena persona, arruinó mi vida y la de mi hijo”, expresó con una mezcla de enojo y tristeza.
Silvia recordó que, a pesar de los años, todavía siente el peso de lo vivido con Soldán, pero al mismo tiempo manifestó su decisión de no hablar más sobre ese tema, al menos públicamente.
La relación entre Silvia y Soldán ha sido uno de los temas más comentados en la farándula argentina durante décadas.
Sin embargo, en esta oportunidad, Silvia expresó su hartazgo con una claridad que no deja lugar a dudas. “Siempre me llevan al pasado, al pasado, al pasado.
Estoy harta, repodrida”, afirmó. Y aunque aseguró que todavía guarda cariño por Santiago del Moro, dejó entrever que no puede soportar que el conductor convierta a Soldán en un referente constante dentro de las conversaciones del programa.
Además de criticar a Gran Hermano por su supuesta falta de autenticidad, Silvia también opinó sobre el formato del reality.
Según ella, el programa está “todo armado”, algo que asegura se nota fácilmente. “Sacan gente, entran perros, entran gatos, es un quilombo ese programa”, afirmó con su estilo característico.
En particular, se refirió al caso de Virginia, una participante que, según Silvia, reveló que el show era manipulado desde el confesionario. Según Silvia, para acallar a la participante, la producción la “arregló” con un premio.
Esta crítica apunta a la desconfianza que Silvia siente hacia los realities y su creencia de que todo está guionado para generar controversia y mantener el interés del público.
No obstante, más allá de sus opiniones sobre el mundo del espectáculo, fue su testimonio personal el que realmente conmovió a los oyentes.
Silvia reveló que durante años sufrió profundamente en su vida personal, llegando incluso a llorar detrás de escena mientras hacía teatro en la década de los 90.
“Yo hacía reír a la gente, y después me iba al camarín a llorar. Me maquillaba de nuevo para la segunda función, pero estaba destrozada por dentro”, confesó.
Estas palabras reflejan el contraste entre la imagen pública de una mujer fuerte y segura y su vulnerabilidad en la intimidad.
Un aspecto particularmente doloroso de su relato fue su relación con sus hijos, especialmente con Cristian, de quien está alejada desde hace 15 años.
“Es mi hijo, lo amo, obviamente que lo extraño, pero hago un trabajo diario para superar el hecho de que no lo veo”, explicó.
Silvia también mencionó que ve muy poco a sus nietos, algo que claramente le afecta profundamente. Sin embargo, a pesar del dolor, expresó que ha aprendido a aceptar la situación y a no obligar a nadie a mantener contacto con ella.
“Tienen las puertas abiertas de mi casa y mi corazón, pero son grandes y hacen su vida. Yo no fui la que se alejó”, aclaró.
En otro momento de la entrevista, Silvia reflexionó sobre su infancia y la relación con sus padres, que describió como complicada.
Aunque admitió que su madre nunca aceptó su fama, expresó que con el tiempo ha aprendido a perdonarla. “Mis padres me dieron la vida, que es lo más importante. Los quiero y sé que, desde donde estén, me cuidan”, dijo con un tono de reconciliación.
Silvia también habló de su día a día actual, revelando que lleva una vida bastante “ermitaña”, pero que está en paz consigo misma. “Estoy feliz, estoy casada conmigo misma. Me amo, me adoro, no necesito a nadie para estar completa”, expresó con firmeza.
A pesar de su estilo de vida más tranquilo, Silvia ha encontrado en las redes sociales un espacio donde conectar con sus seguidores, especialmente en TikTok, donde realiza transmisiones en vivo y responde preguntas de sus fans.
“Me dicen que quieren verme en televisión, pero acá en TikTok estoy más cerca de ellos, les puedo contestar todo”, comentó, destacando la autenticidad que encuentra en esta plataforma.
Otro tema que surgió durante la conversación fue su amistad con Marina Calabró, con quien compartió varios momentos a lo largo de su carrera.
Silvia recordó con cariño cómo conoció a Marina en la época de Calabromas, cuando Marina era solo una adolescente, y cómo esa relación se fue fortaleciendo con los años.
Además, opinó sobre la reciente separación de Marina de su pareja, señalando que no creía que él fuera la persona adecuada para ella.
“Marina es muy inteligente, no está para que un tipo se cuelgue de ella”, afirmó, dejando claro el aprecio y la admiración que siente por su amiga.
En cuanto al futuro, Silvia aseguró que no tiene grandes deseos ni expectativas, salvo mantener la tranquilidad que ha logrado construir en su vida.
Aunque admitió que le gustaría ver más a sus nietos y recomponer la relación con sus hijos, también dejó claro que no está dispuesta a forzar ninguna situación.
“El tiempo vale oro y no quiero que nadie saque nada de mi tiempo”, afirmó. Esta declaración refleja una filosofía de vida centrada en el autocuidado y la aceptación, algo que Silvia ha logrado después de años de lucha y sufrimiento.
A pesar de todo, Silvia sigue siendo una figura querida por el público, algo que ella misma reconoce y valora profundamente.
“La gente me adora, me lo dicen todo el tiempo, y eso me llena de felicidad. Pero de mi propia sangre, de mi familia, siento que soy odiada, y eso es algo que nunca voy a entender”, expresó.
Estas palabras reflejan la dualidad de su vida: una mujer que ha sido amada y admirada por miles, pero que al mismo tiempo ha enfrentado conflictos y rechazos en su círculo más cercano.
En resumen, la entrevista de Silvia Süller fue una combinación de reflexiones personales, críticas al mundo del espectáculo y una reafirmación de su fortaleza y resiliencia.
Con su estilo único y su autenticidad, Silvia dejó claro que, a pesar de las adversidades, ha logrado encontrar la paz y el amor propio que durante tantos años le faltaron.
Su testimonio no solo ofrece una mirada al detrás de escena de su vida, sino que también sirve como un recordatorio de que incluso las figuras más públicas tienen historias complejas y humanas detrás de su brillo mediático.