El siempre polémico y dinámico mundo del espectáculo argentino se vio envuelto en otra controversia cuando Ángel de Brito, conductor del popular programa LAM (Los Ángeles de la Mañana), tuvo que intervenir para calmar las tensiones entre dos de sus panelistas estrella, Yanina Latorre y Mariana Brey, luego de que ambas emitieran críticas hacia la icónica Susana Giménez.
El episodio dejó en evidencia las diferencias de opinión en el panel y, por supuesto, se convirtió en el tema del día en las redes sociales.
Todo comenzó cuando Yanina Latorre, conocida por su estilo directo y a menudo implacable, expresó su opinión sobre un incidente reciente protagonizado por Susana Giménez.
Según se informó, Susana sufrió una caída mientras subía las escaleras de su casa llevando a su perrita Rita, una cartera y un bolso, lo que resultó en una lesión en el hombro.
Yanina, fiel a su tono, comentó con cierta ironía: “Bueno, Susana siempre tiene que hacer todo al mismo tiempo. Subir la escalera, cargar a la perra, la cartera, el bolso… ¿No puede pedir ayuda? Ya no está para esas cosas”.
La declaración provocó risas incómodas en el panel, pero Mariana Brey decidió sumarse al comentario, aunque con un enfoque más crítico: “Es que Susana siempre fue así, quiere demostrar que puede hacer todo sola.
Pero llega un punto en el que hay que aceptar ciertas limitaciones. Además, si se cae y se lastima, ¿quién se hace cargo? Podría haber sido algo mucho más grave”.
Las palabras de ambas panelistas no pasaron desapercibidas para Ángel de Brito, quien, visiblemente incómodo, decidió intervenir para poner un freno a la situación.
“Chicas, chicas, un poco de respeto. Estamos hablando de Susana Giménez, una figura emblemática del espectáculo argentino.
Sí, tuvo un accidente, pero eso no les da derecho a criticarla de esa manera. Susana puede hacer lo que quiera, como siempre lo ha hecho. No olvidemos que es una mujer que ha marcado historia en este país”.
El tono serio de Ángel dejó en claro que no estaba dispuesto a tolerar comentarios que pudieran interpretarse como una falta de respeto hacia la diva.
Sin embargo, lejos de retractarse, Yanina respondió con su habitual desparpajo: “Ángel, no estoy faltando el respeto.
Solo digo lo que pienso. Susana es Susana, pero también es humana, y como todos, tiene sus momentos de descuido. Si digo algo, es porque realmente lo creo”.
Mariana, por su parte, adoptó un tono más conciliador, aunque no dejó de sostener su punto de vista: “Entiendo lo que decís, Ángel, pero también creo que, al ser una figura pública, sus acciones están sujetas a la opinión de todos.
No es una crítica malintencionada, simplemente un comentario sobre cómo, a veces, hay que aprender a delegar y cuidarse más”.
El cruce entre las panelistas y el conductor no tardó en generar reacciones tanto en el estudio como en las redes sociales.
Los seguidores del programa se dividieron entre quienes apoyaron la intervención de Ángel, destacando la importancia de defender a figuras emblemáticas como Susana, y quienes respaldaron la libertad de expresión de Yanina y Mariana.
Susana Giménez, por su parte, no tardó en responder, fiel a su estilo despreocupado y elegante. En una breve entrevista concedida a un medio local, minimizó la polémica y comentó con una sonrisa: “Bueno, siempre se arma un escándalo por cualquier cosa.
Sí, me caí, pero estoy bien. Estas cosas pasan. Yo seguiré subiendo las escaleras con Rita y mis bolsos, porque así soy yo. No necesito que nadie me diga cómo vivir mi vida”.
Las declaraciones de Susana no hicieron más que reforzar su imagen de mujer independiente y determinada, características que han definido su carrera desde sus inicios.
Sin embargo, también abrieron un debate más amplio sobre el trato que reciben las figuras públicas en los medios y cómo, a menudo, se les exige más de lo que se esperaría de cualquier persona común.
En el siguiente programa de LAM, Ángel de Brito dedicó un segmento a reflexionar sobre lo ocurrido, esta vez en un tono más calmado y analítico.
“Creo que es importante que todos recordemos que detrás de las figuras públicas hay personas. Personas que se equivocan, que tienen días malos, que cometen errores. Criticar es fácil, pero también debemos aprender a reconocer y respetar la trayectoria de quienes han hecho tanto por nuestra cultura”.
Yanina, sin embargo, no perdió la oportunidad de mantener su postura, aunque esta vez optó por un enfoque más diplomático: “Ángel, yo respeto muchísimo a Susana.
La admiro, como todos. Pero eso no significa que no pueda opinar sobre lo que hace. Creo que, al ser una figura pública, es natural que esté en el centro de las conversaciones.
Y, al final del día, Susana sabe cómo manejar estas cosas mejor que nadie. Si alguien puede reírse de sí misma, es ella”.
Mariana Brey también aprovechó para aclarar su posición: “Mi comentario no fue con mala intención, al contrario.
Creo que muchas veces nos preocupamos por las personas que admiramos. Susana es un ícono, y todos queremos que esté bien. Pero sí, tal vez debimos ser más cuidadosas con nuestras palabras”.
El episodio dejó en evidencia las tensiones y dinámicas que existen en el panel de LAM, pero también sirvió para resaltar la importancia de mantener un equilibrio entre la libertad de opinión y el respeto hacia las figuras públicas.
En un medio donde las polémicas y los escándalos son moneda corriente, este tipo de situaciones son inevitables, pero también ofrecen una oportunidad para reflexionar sobre el impacto de nuestras palabras y acciones.
Al final del día, lo ocurrido no hizo más que reforzar el lugar de Susana Giménez como una de las figuras más queridas y respetadas de Argentina.
Con su capacidad para transformar cualquier situación en una anécdota encantadora y su actitud positiva ante la vida, Susana demostró una vez más por qué sigue siendo la diva indiscutible del espectáculo.
En cuanto a LAM, el programa continúa consolidándose como uno de los espacios más relevantes de la televisión argentina, gracias a su combinación única de debates intensos, noticias exclusivas y, por supuesto, la inigualable química entre sus panelistas y su conductor.
La controversia puede haber generado tensiones, pero también dejó en claro que, en el mundo de LAM, la pasión y las opiniones fuertes son parte esencial del espectáculo.
