La historia de Lu Gramm, el legendario vocalista de la banda Foreigner, está llena de éxitos y tragedias que reflejan el precio del estrellato. Nacido el 2 de mayo de 1950 en Rochester, Nueva York, en una familia de origen italiano, Lu creció rodeado de música.

Su padre, Ben Grammatico, era trompetista en una banda de swing, y su madre, Niki Maeta, era cantante semiprofesional. Desde muy joven, Lu se interesó por la batería, pero nunca demostró particular interés por el canto.

A pesar de su infancia tranquila, marcada por juegos al aire libre y travesuras, Lu empezó a descubrir su pasión por el rock gracias a artistas como Elvis Presley, The Beatles y los Rolling Stones.

Una anécdota significativa marcó su adolescencia: a los 15 años, escapó de casa para asistir a un concierto de los Rolling Stones. Aunque fue castigado por su padre, años después compartió escenario con ellos frente a 880,000 personas, cerrando un círculo emocionalmente significativo.

Entre los 16 y los 20 años, Lu formó parte de varias bandas locales, destacando como baterista y eventualmente como cantante. Con una de estas agrupaciones, Blacksheep, logró cierto éxito abriendo conciertos para bandas como Kiss y Procol Harum.

Sin embargo, un accidente automovilístico que destruyó la mayoría de sus instrumentos puso fin a sus sueños momentáneos de fama, hundiéndolo en una profunda depresión.

Todo cambió en 1976, cuando Mick Jones, músico británico, lo invitó a unirse como cantante principal de su nueva banda. Así nació Foreigner, compuesta por tres británicos y tres estadounidenses, lo que inspiró el nombre del grupo. Desde el principio, la colaboración entre Mick y Lu fue clave para el éxito de la banda.

Trabajaron arduamente, escribiendo canciones y preparando su álbum debut, que fue lanzado en 1977. Canciones como “Feels Like the First Time” y “Cold as Ice” se convirtieron en éxitos inmediatos, consolidando a Foreigner como una de las bandas más prometedoras del momento.

Con el éxito llegaron también los excesos. Lu comenzó a consumir cocaína y alcohol para soportar las largas jornadas de trabajo y las exigencias de la fama. Estos hábitos se intensificaron a medida que Foreigner lanzaba nuevos álbumes, como “Double Vision” en 1978, que incluía éxitos como “Hot Blooded” y “Blue Morning, Blue Day”.

En medio de giras y grabaciones, Lu también enfrentó retos personales. Aunque se había casado en 1975 y tuvo a su primer hijo en 1979, la vida en la carretera le hizo sentir que era un mal esposo y padre, lo que agravó su dependencia del alcohol.

A pesar de los problemas personales, Foreigner continuó triunfando. Su tercer álbum, “Head Games” (1979), y el icónico “4” (1981), que incluyó la balada “Waiting for a Girl Like You”, consolidaron su lugar en la historia del rock.

Sin embargo, los conflictos internos y los problemas de salud comenzaron a afectar a Lu. En 1997, recibió un devastador diagnóstico: un tumor cerebral inoperable. Los médicos le dieron 90 días de vida, una noticia que cambió su perspectiva para siempre.

Contra todo pronóstico, Lu superó el tumor tras una cirugía experimental, pero el tratamiento dejó secuelas físicas y emocionales. Este momento marcó un cambio en su vida, llevándolo a abandonar las drogas y centrarse en su familia y su salud. Aunque continuó su carrera musical, nunca fue el mismo en términos de energía y vitalidad en el escenario.

La historia de Lu Gramm es un recordatorio del costo del éxito y de la resiliencia frente a la adversidad. Su legado musical perdura, inspirando a generaciones con su voz poderosa y las inolvidables canciones de Foreigner. La lección de su vida va más allá de los éxitos; también habla de redención, fortaleza y el poder de la música para trascender los momentos más oscuros.